jueves, 24 de noviembre de 2016

30-N Día internacional de la lucha contra los TCA

La idea de crear un día que recuerde la lucha de las personas contra estos trastornos, surgió de la iniciativa de las administradoras de una página de Facebook a finales del año 2012.  El símbolo sería una pulsera o cinta de color azul claro en la muñeca izquierda que representase la esperanza, la fe y la solidaridad, pero también podría ser un lazo del color mencionado.
Entendemos por trastornos alimentarios anorexia nerviosa, bulimia, trastorno no especificado de la conducta alimentaria (TCANE) y trastorno por atracón (TA). Son alteraciones de origen psicológico que pueden llegar a tener una repercusión física de menor o mayor gravedad, no son una moda, un capricho o una elección. A una persona que padece depresión no sirve de nada decirle: «¡Anímate!», sino que es contraproducente o incluso de mal gusto, porque evidentemente, si pudiera estar más alegre lo haría. Igualmente, una depresión diagnóstica es una enfermedad mental, no un día malo o de bajón. Así, del mismo modo, una persona que padece un TCA no puede comer o dejar de hacerlo por sí misma como si fuera un acto de voluntad. Es más, no se va a recuperar  solo por alimentarse mejor, aunque lo necesite. Deberá aprender a estar mejor con ella misma y no solo en relación con la alimentación, la figura…, pero para ello necesitará ayuda experta y estrategias terapéuticas para lograr sentirse mejor internamente y con quienes le rodean. 
Los síntomas de los distintos trastornos alimentarios pueden ser diferentes, pero todos los que los padecen comparten una insatisfacción o sufrimiento personal, una fuerte autocrítica, una dificultad del manejo emocional y una baja autoestima, que se expresa a través de su relación con la comida y la preocupación por la figura. Además,  suelen experimentar ansiedad e incluso depresión. Padecer una alteración psicológica de este tipo afecta a diferentes áreas de la vida: académica, profesional, familiar, social... Situaciones que pueden ser normales para quienes no lo sufren (ir a clase, reuniones con amigos, comidas familiares, viajes, ir a la playa...) se pueden convertir en auténticos retos para ellos.
30 Noviembre, Día internacional de la lucha contra TCA, Irene Alonso Vaquerizo











Como menciono en mi libro Ana y Mia no quieren ser princesas. La cara oculta de los trastornos alimentarios de Editorial Meridiano, es bueno que eliminemos unas cuantas ideas erróneas sobre de los TCA y tengamos en cuenta que:


  • Estos trastornos van más allá de la comida, son enfermedades que perturban la vida de quienes los padecen. Lo que vemos desde fuera, los síntomas con la comida o el ejercicio, son solo la punta del iceberg de lo que les sucede. El problema es psicológico y mucho más serio y profundo.
  • Padecerlos no es una decisión de la persona. Estos trastornos no aparecen de repente y van mucho más allá de querer estar delgado. No son un capricho, ni una llamada de atención, ni es cuestión de vanidad o de querer ser modelos...
  • Experimentan un malestar interno, aunque a veces no sepan expresarlo o pedir ayuda. Se sienten solos, tristes, ansiosos...  El trastorno de la conducta alimentaria (TCA) es egoísta o manipulador, no quien lo padece. Es el problema el que puede hacerles parecer egoístas o manipuladores.
  • La apariencia externa puede ser o no saludable. Estas personas pueden tener un bajo peso, peso normal, sobrepeso u obesidad.
  • Aunque la edad de inicio más común es en la adolescencia, también podemos encontrar adultos que los sufran.
  • La mayoría son mujeres. Sin embargo, también hay hombres que los padecen. Y cada vez más.
  • La recuperación implica recibir tratamiento y va más allá de conseguir un peso adecuado. El aprovechamiento del mismo depende de la aceptación del problema por parte del afectado. Para ello necesitará atravesar etapas en la conciencia de su alteración. La recuperación es larga e implica varios años. 
  • La comprensión y el apoyo adecuado de familiares y amigos es una ayuda fundamental dentro del proceso de recuperación.
  • Las críticas a su figura o su relación con la comida suelen generarles problemas. Por ello, ante la duda, mejor hablar de otras cuestiones y no hacer referencia a estos aspectos.
  • La vida de las personas que los padecen se ve alterada en diferentes áreas. Situaciones que podemos considerar simples como vestirse, salir a la calle, comprar ropa, ir a clase, al trabajo o una reunión familiar, pueden convertirse en un autentico desafío. 
  • Necesitan amor y compresión, no juicios. Lo cual no significa que no se les pueda expresar una opinión o límite.
Aprovechemos este 30 de noviembre para concienciar a la sociedad de la importancia de estos trastornos y de su prevención. Esta será nuestra principal contribución para avanzar en la solución de estos problemas.


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